2016


En los brazos de Google (3 de enero de 2016)
Desastroso, como  no podía ser de otra manera. Todos los monopolios, de una u otra forma, lo son porque acaban concentrando el poder en unas solas manos. Es lo que puede estar ocurriendo con nuestras pequeñas vidas y su dependencia del mundo virtual. Microsoft pasó a la historia, Apple es para una gran mayoría, y Google parece dominarlo todo. ¿Dónde hacemos búsquedas en internet? ¿Dónde vemos los videos? ¿Qué mapas utilizamos para orientarnos? Y, sobre todo, ¿quién controla el inmenso pastel de la publicidad en internet?

El que hable no sale en la foto (6 de marzo de 2016)
¿Libertad de qué? La gente va a la cárcel por defender con palabras su concepto de justicia, a jueces y militares se les expedienta por expresar la discrepancia, los bufones que antaño tenían bula para poder ridiculizar todo lo que sucedía a su alrededor son encarcelados en cuanto sus palabras tienen un poco de trascendencia, los políticos que osan diferenciarse son castigados con la retirada del voto y aquí el que se mueve no sale en la foto. No sé de dónde se han sacado eso de que en este país hay libertad de expresión.

La cola del médico (como animalitos) (2 de junio de 2016)
A veces nos conviene darnos un baño de realidad, salir de esa posición cómoda a la que estamos habituados y darnos cuenta de que somos tan humanos como los demás. No es que se nos olvide, pero pasamos tantas horas desempeñando un papel que nos aísla del mundo que nos rodea que a veces se nos olvida cómo es esa pelota redonda que da vueltas a toda leche por el universo ese.

Amor se llama el juego (4 de julio de 2016)
«Y cada vez más tú, y cada vez más yo sin rastro de nosotros». Joaquín Sabina compuso hace unos años la canción «Amor se llama el juego», que Antonio García de Diego interpretó magistralmente dándole un toque de pasión que la ha convertido en algo único con lo que unos cuantos nos hemos emocionado hasta donde casi no se puede más.

Messi no es un dios (14 de septiembre de 2016)
Pues no. Por ahí no paso. Siento contradecir a la opinión pública dominante, o al menos a esa parte de la opinión pública que parece tener acceso a todos los micrófonos del mundo y con la que tienes que estar forzosamente de acuerdo porque si no eres un tipo raro, un proscrito o un paria, pero Leo Messi no es un dios sino un ídolo con pies de barro.

De cicloturistas,ciclodeportivas y carreras (27 de septiembre de 2016)
Menudo lío nos tenemos montado con las salidas organizadas en bicicleta. Los más privilegiados, esos que pueden correr la Vuelta, el Tour y el Giro, saben a qué atenerse cuando van a un evento de esos pero los que practicamos bicicleterismo por la satisfacción que produce montar en bici pagandonoslo de nuestro bolsillo no tenemos esa suerte. El ciclismo, como los demás deportes, es lo que tiene: poquísimos profesionales que viven de ello y un sinnúmero de aficionados que acaban manteniendo una buena parte del tinglado.

Feliz Navidad 2016 (23 de diciembre de 2016)
Este año he decidido no llenar los buzones del wasap de mis contactos con felicitaciones de Navidad, así que aprovechando las  nuevas tecnologías y que no tengo tuiter lo hago en mi blog y también en mi muro de Facebook: ¡Felices Navidades a todos y todas! Mi deseo es que disfrutéis de y con vuestras familias y que tengáis salud, cuanta más mejor.

Me voy pal pueblo, quel Facebook yo ya no lo quiero (31 de diciembre de 2016)
Cierro la cuenta de facebook, o mejor me voy con la música a otra parte. Si es cierto eso de que nos renovamos por completo cada siete años, y que nuestra vida está compuesta por infinitos (pero difícilmente más de dos) ciclos de siete por siete años, a mi vida virtual en el facebook se le ha cumplido el primero. Me apunté como novedad a finales de dos mil ocho, pero no fue hasta un año más tarde cuando empecé a utilizarlo con una cierta regularidad, sustituyendo a lo que antes había sido mi espacio o blog personal, y anteriormente mis páginas web. Lo de facebook tenía la ventaja de la inmediatez y por supuesto la falta de censura que caracterizó al mundo virtual, al menos en sus inicios. Han sido siete años, sí, desde finales de dos mil nueve a finales de dos mil dieciséis. Un montón de fotos, de comentarios, de aportaciones compartidas de amigos y conocidos a los que nunca negué responder favorablemente una solicitud de amistad aunque no conociera de nada (bueno, menos cuando más al final del período parecía que se empezaba a poner de moda lo de ofertar sexo también por el face), y de leer el muro como entretenimiento porque de todo lo que cuentan los demás se saca algo interesante.

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